En el programa 28 de la 2ª Temporada dedicado a los Misterios de la Publicidad, Miguel Zorita nos saca de su Cofre del Tesoro el Glande de Sertorio.
Quinto Sertorio estaba proscrito de Roma por haber ayudado a Mario en la lucha, que perdieron, contra Sula y la corrupción de Roma. En esa época, las distintas tribus celtas e íberas de Hispania no formaban una unidad, sino que luchaban en pequeñas bandas entre sí o contra los romanos. Conscientes de su ineficacia, los lusitanos primero y luego otras tribus, pidieron a Sertorio que los comandara. Sertorio consiguió unificar las distintas tribus hispanas y, durante varios años, lograron salir victoriosos en sus enfrentamientos contra los romanos.
Además de bravura y fortaleza física, Sertorio contaba con una gran astucia para enfrentar cualquier problema, y un sentido innato del "show business". Pronto se dio cuenta de que los hispanos, aunque muy bárbaros, éramos gente muy crédula y sacó ventaja de esta debilidad, que luego muchos otros también han aprovechado. Un día, un plebeyo llamado Espano, le regaló un cabrito o cervatillo blanco muy hermoso que había cazado por las montañas. Pronto, el cabrito y Sertorio se hicieron inseparables y se les podía ver caminar, comer y dormir juntos.
Cada vez que los espías le traían noticias, Sertorio les pedía que no las divulgaran y montaba un numerito delante de sus generales hispanos, haciéndoles creer que era el cabrito quien le comunicaba las noticias y las acciones a tomar. Poco a poco, el general logró inculcar la idea de que el cabrito, de quien dijo que era un regalo de Diana, tenía poderes divinos y él mismo fue alcanzando fama de un dios al tener acceso inmediato a todos los dioses a través de la cabra.
Por otro lado la honda tuvo en el ejercito romano un papel tan importante como el arco y la flecha. Lo demuestra la gran cantidad de hallazgos de proyectiles de honda encontrados en los puntos donde se entablaron batallas. Estas piedras en forma de glande (también estos glandes manufacturados en plomo), han servido para datar el yacimiento, ya que muchas de ellas llevan abreviado el nombre, como imperator, del mayor de los hijos de Pompeyo, Gneo, etc.
Además de las inscripciones pompeyanas, existen ejemplares con leyendas muy diversas, incluyendo el numero de la legión a la que pertenecían. Como nota curiosa dichos glandes, en ocasiones llevan inscritos mensajes propagandísticos, e incluso insultos al enemigo.
Quinto Sertorio estaba proscrito de Roma por haber ayudado a Mario en la lucha, que perdieron, contra Sula y la corrupción de Roma. En esa época, las distintas tribus celtas e íberas de Hispania no formaban una unidad, sino que luchaban en pequeñas bandas entre sí o contra los romanos. Conscientes de su ineficacia, los lusitanos primero y luego otras tribus, pidieron a Sertorio que los comandara. Sertorio consiguió unificar las distintas tribus hispanas y, durante varios años, lograron salir victoriosos en sus enfrentamientos contra los romanos.
Además de bravura y fortaleza física, Sertorio contaba con una gran astucia para enfrentar cualquier problema, y un sentido innato del "show business". Pronto se dio cuenta de que los hispanos, aunque muy bárbaros, éramos gente muy crédula y sacó ventaja de esta debilidad, que luego muchos otros también han aprovechado. Un día, un plebeyo llamado Espano, le regaló un cabrito o cervatillo blanco muy hermoso que había cazado por las montañas. Pronto, el cabrito y Sertorio se hicieron inseparables y se les podía ver caminar, comer y dormir juntos.
Cada vez que los espías le traían noticias, Sertorio les pedía que no las divulgaran y montaba un numerito delante de sus generales hispanos, haciéndoles creer que era el cabrito quien le comunicaba las noticias y las acciones a tomar. Poco a poco, el general logró inculcar la idea de que el cabrito, de quien dijo que era un regalo de Diana, tenía poderes divinos y él mismo fue alcanzando fama de un dios al tener acceso inmediato a todos los dioses a través de la cabra.
Por otro lado la honda tuvo en el ejercito romano un papel tan importante como el arco y la flecha. Lo demuestra la gran cantidad de hallazgos de proyectiles de honda encontrados en los puntos donde se entablaron batallas. Estas piedras en forma de glande (también estos glandes manufacturados en plomo), han servido para datar el yacimiento, ya que muchas de ellas llevan abreviado el nombre, como imperator, del mayor de los hijos de Pompeyo, Gneo, etc.
Además de las inscripciones pompeyanas, existen ejemplares con leyendas muy diversas, incluyendo el numero de la legión a la que pertenecían. Como nota curiosa dichos glandes, en ocasiones llevan inscritos mensajes propagandísticos, e incluso insultos al enemigo.
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El Cofre del Tesoro - El Glande de Sertorio