lunes, 3 de febrero de 2014

El Taller del Pintor - Los Peores lugares del Mundo

En el Taller del Pintor del programa 21 de la 2ª Temporada, Juan Ignacio Cuesta y Marcos Carrasco nos hablan sobre dos obras, Casa de Locos de Goya y la Balsa de la Medusa de Théodore Géricault.

Casa de Locos o Manicomio

En el marco de una arquitectura de lo más extraña, claustrofóbica, cuya única luz al exterior es una alta ventana con barrotes, de carácter claramente represor, se encuentran locos que representan distintos personajes: uno —al parecer salvaje— tocado de plumas en la cabeza, otro con tricornio uno más con tiara papal que hace el gesto de bendecir hacia el espectador, muchos otros desnudos... todos ellos en actividades grotescas y patéticas.

El tema de los establecimientos psiquiátricos estaba en las tertulias de los ilustrados españoles, y podría este cuadro suponer una denuncia del estado contemporáneo de estas instituciones de beneficencia. En todo caso Goya siempre se siente atraído por la representación de la locura, la deformidad o las perversiones. También puede interpretarse en clave alegórica, como una galería paródica de los estamentos emblemáticos del poder social: el clero, militares —hay un hombre que pelea desnudo y porta un tricornio—.

La Balsa de la Medusa
La pintura carece de simetría y se puede apreciar un desorden intencionado. Con una estructura piramidal que esconde la perspectiva sin un punto de fuga determinado, se muestra con una base inestable por las olas, que azotan continuamente la embarcación. 

La obra tiene una factura muy sobria en colores y casi monocromática, es a todas luces, un espacio teatral en el que ha sucedido una tragedia. En la lejanía vemos un barco, la figura que agita el trapo con frenesí, intenta llamar la atención, no sabemos si con éxito. Es el Barco Argus, que acudió realmente en su rescate. La lectura del cuadro ha de realizarse de izquierda a derecha, simbolizando el recorrido de la muerte y la tragedia hacia la esperanza. Podemos ver como la improvisada vela, se hincha con un viento que aleja la balsa de una situación esperanzadora de rescate. 

Representa una escena que sudeció realmente, el naufragio de la fragata de la marina francesa Méduse, que encalló frente a la costa de Mauritania el 5 de julio de 1816. Al menos 147 personas quedaron a la deriva en una balsa construida apresuradamente y todas ellas, excepto 15, murieron durante los 13 días que tardaron en ser rescatadas. Los supervivientes debieron soportar el hambre, la deshidratación, el canibalismo y la locura. 

Información e imágenes extraídas de laescobula.com.


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