lunes, 27 de enero de 2014

El Destructor de Mitos - La Isla del Roble

En el Destructor de Mitos del programa veinte de la 2ª Temporada, Carlos Canales , nos habla sobre La Isla del Roble.


Oak Island (Isla del Roble), en Nueva Escocia, en la costa este de Canadá, una isla que ya era usada por los piratas anglosajones del siglo XVIII para enterrar sus tesoros, sigue siendo a día de hoy uno de los lugares más enigmáticos y misteriosos que podemos encontrarnos; y este misterio tiene un comienzo: el verano de 1795, cuando 3 jóvenes llamados John Smith, Daniel McGinnis y Anthony Vaugan decidieron investigar la isla y encontraron un Pozo, que recibiría el nombre del Pozo del Dinero.


Nos situamos pues, en un día de verano que estos 3 chicos se deciden a investigar la isla, y encuentran junto a un árbol un círculo de tierra que les llama la atención, parecía que estaba removido, por lo que se deciden cavar en él. Cuando llevaban unos 80 cm de tierra excavada, encuentran una capa de losas de piedra, la cual retiran y siguen excavando, observando mientras lo hacen que se encuentran en una especie de pozo con paredes de arcilla; pues bien, siguen cavando hasta que llegan a unos 3 metros de profundidad, pero lo que encuentran ahora es una capa formada por troncos de roble que logran salvar con más o menos fortuna, pero pueden continuar en su empeño, con la casualidad que a otros 3 metros más profundos, vuelven a encontrarse con otra capa de troncos, por lo que deciden parar puesto que se veían incapaces de lograr algo con sus herramientas; disimulan su obra como buenamente puede y ahí queda la cosa.


Pasa el tiempo, y 9 años más tarde los 3 amigos vuelven a la isla con la idea de desentrañar aquel misterio, y esta vez cuentan con el apoyo de Simeón Lins, que les apoya con dinero y maquinaria, es la expedición Onslow.


Recordemos que nos encontramos a unos 6 metros de profundidad. Para sorpresa, 3 metros más profundos de su última parada, había otra capa de troncos, la cual logran salvar, para, de nuevo a los 3 metros, volver a encontrar otra capa, y así sucesivamente hasta los 27 metros de profundidad. Las capas de troncos estaban reforzadas con arcillas, con fibra de coco (como diría un conocido investigador… Coco, ¡en Canadá!, es algo muy llamativo, ¿no creéis?), y los sedimentos entre las distintas capas eran diferentes: carbón vegetal, arcilla, arena… Total, que a los 27 metros se encuentran con una losa de pórfido con extraños símbolos que fueron incapaces de descifrar, el pórfido es un mineral que no hay en América, por tanto, el autor del pozo tuvo que traer el material de algún lugar ajeno a la isla; tal vez todo aquello era demasiada preparación para ser un escondite de un simple botín pirata… En cuanto a lo que la losa decía, un profesor de lenguas antiguas llamado Barry Fell, con una serie de conversiones y adaptaciones, lo tradujo como “trece metros más abajo están enterrados dos millones de libras”, lo símbolos… hay diferentes teorías, desde un lenguaje copto mediterráneo hasta posibles símbolos de origen touareg.

No obstante, nada para a los expedicionarios y logran traspasar la losa, pero a los 33 metros, justo cuando se llegaba a una nueva capa, nada más tocarla y sin darles tiempo a ver cual era aquel nuevo material, el pozo se inundó de agua de mar. Al día siguiente, trataron de drenar el pozo con una bomba, pero ésta no dejaba de sacar agua, por lo que llegaron a la conclusión de que había canalizaciones que comunicaban directamente con el océano. Además, esta agua anegaba pozos que se hicieran paralelos al principal (como se intentó), y si a ello unimos que la isla es un pequeño monte y que el pozo está en una de las laderas tal que puede evitar corridas de tierra, barros, nieves. Cabe preguntarse ¿quién hizo esta obra de ingeniería?

Mas información aquí.


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